Dios en los Animales


DESDE QUE MURIÓ LA DUEÑA, EL PERRO ASISTE A LA IGLESIA


"Es porque allí se realizaron las exequias. Todos los dias, desde hace dos meses, el animal atraviesa la plaza de un pueblo del sur de Italia y se instala al lado del altar, donde el párroco le hace un lugar.

Desde que murió la dueña hace dos meses, su perro Tommy asiste todos los días a misa en la Iglesia de Maria Asunta, en San Donaci, sur de Italia, donde espera el regreso de la anciana propietaria.

El perro, un pastor alemán de 12 años, todos los días pasa de la plaza central del pueblito, en donde se reúnen los ancianos, a la Iglesia y se instala al lado del altar, con autorización del párroco.

Tommy no ha dejado de ir ni un día a la Iglesia desde que asistió a las exequias de su dueña, cuenta el diario Il Messaggero.

Desde entonces, el párroco, Donato Panna, le permite entrar al templo para asistir a bautizos, bodas y entierros.

Apenas escucha las campanas o ve llegar el coche fúnebre, el perro entra a la Iglesia y sigue al ataúd como si la dueña pudiera resucitar.

Tommy era un perro vagabundo que la dueña adoptó; ahora que quedó solo, todo el pueblo lo protege, lo alimenta y acaricia como emblema de fidelidad."



Noticia original en italiano:  "Il Messagero"


EL CAN TESTIGO


Queridos Amigos: 

Han existido en la historia de la Iglesia perros famosos como el que acompaña a San Roque en sus imágenes porque dice la leyenda que el piadoso can le llevaba pan al Santo todos los días. 

Pero hay un hecho que me ha impactado mucho y que deseo investigar más a fondo en el cual el protagonista es un perro. 

La prolífica escritora Alejandra Sosa, que escribe cada semana en el semanario DESDE LA FE, el domingo pasado 3 de junio, incluye en un simpático articulo lo siguiente: 

El terremoto de Haití en enero de 2010 fue devastador. Todavía quedan en nuestra memoria las ruinas y escombros de sus ciudades y haitianos deambulando entre ellas buscando algo que comer. Terrible. 

Como ya es una noble tradición a partir de 1985, los heroicos voluntarios mexicanos llamados “Topos” acudieron al rescate ayudados por sus perros amaestrados. Recuperaron muchas personas vivas y no faltaron por desgracia muchos muertos. 

Hurgando en las ruinas de una iglesia, uno de los canes empezó a ladrar frenéticamente y cuando los Topos acudieron se dieron cuenta de que la persona localizada, estaba DENTRO DEL SAGRARIO. ¡Era Jesús! El perro descubrió a Nuestro Señor, verdadero Hombre y verdadero Dios en las Hostias consagradas. 

Testimonio milagroso, o por el contrario, de lo más natural, porque después de todo los perros están amaestrados para detectar personas y Cristo es persona. Jesús Eucaristía está en las Hostias Consagradas de todos los Sagrarios del mundo. Multiplica su inefable presencia en cada Altar, en cada Sagrario. Cumple su promesa: “Estaré con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28,20) 

Superando las leyes juaristas y masónicas, Cristo Eucaristía salió de la Catedral a la ciudad el 7 de este mes en la procesión solemne del CORPUS CHRISTI. Atrás quedó ya aquel odio satánico a Dios, a Cristo y a la Iglesia de los tiempos callistas de la Guerra Cristera. 

Jesús está cerca, muy cerca de todos nosotros: lo encontramos en el Sagrario de nuestra Parroquia, a pocos metros de nuestra casa. ¡Vayamos a Él! Visitémosle frecuentemente, diariamente. Postrémonos en adoración al menos unos minutos. Demos testimonio, como el santo can, de que creemos realmente en su augusta presencia. Y por supuesto recibámoslo frecuentemente, diario si es posible. Seamos también nosotros sus Sagrarios. Tal vez un perro Topo detecte al Señor en nuestro corazón y ladre con entusiasmo... 

Nota: el Doctor Alexis Carrel, Nobel en medicina y converso ante un milagro que presenció en Lourdes, decía, llevado por su amor a los animales, que en Cielo tiene que haber un lugar para ellos. Yo no sé, pero me gustaría que el Can Testigo jugueteara en el Paraíso con el perro de San Roque. 

Padre Pedro Herrasti, S.M.,
para el sitio de la Sociedad EVC, 9/6/201



MÁS TESTIGOS CANINOS




Queridos Amigos. 

Espero les haya llegado la carta del perro de salvamento llevado por los Topos a Haití hace diez años, que descubrió a una persona entre las ruinas del templo y esa persona era nada menos que Jesucristo en el Sagrario. ¡Un can testigo! 

Le pregunté a la escritora Alejandra Sosa, autora de aquél artículo publicado en DESDE LA FE , si tenía más datos acerca del asunto y no me mandó algo sobre lo de Haití, pero sí otra anécdota perfectamente histórica, de lo acontecido en Baltimore USA, en 1995 cuando el Santo Padre Juan Pablo II estuvo de visita apostólica. 

Después de celebrar la Misa en el campo de los Orioles, en Camden Yards, y de haber sido aclamado por las calles de la ciudad, haber visitado la Basílica de la Asunción (la primera Catedral Católica del país), de haber gustado un lunch en un local de Caridad Católica, de una ceremonia de oración en la Catedral de “María nuestra Reina” en el norte de Baltimore y finalmente estaba programada una rápida parada en Seminario de Santa María. 

El programa era realmente muy apretado de manera que simplemente saludaría a los seminaristas apostados al aire libre en la escala del seminario. Pero el Papa decidió pasar en medio de ellos y entrar al edificio. Quería rendirle una visita al Santísimo Sacramento. 

Cuando expresó su intención, los agentes de seguridad entraron velozmente en acción prestando una especial atención a la capilla donde el Papa iba a orar. Llevaban con ellos a unos perros cuidadosamente entrenados para detectar si alguna persona estuviera presente, como los perros de los Topos. Los canes entraron rápidamente, examinando el hall, los pasillos, oficinas, salones de clase y finalmente fueron llevados al templo entrando por el pasillo central examinando las bancas y llegaron a la capilla lateral donde estaba el Santísimo Sacramento. Se acercaron olfateando al Sagrario y ladrando lo señalaron rehusándose a que los retiraran. Estaban convencidos de que habían descubierto a una persona. 

Los Católicos sabemos que los perros estaban en lo justo: ¡Habían encontrado a Jesucristo en el Tabernáculo! 

Dos historias paralelas, la de Haití y la de Baltimore. Dos historias que deben hacernos reflexionar para que cuando entremos a un templo Católico, lo primero que debemos hacer es localizar el Sagrario y adorar rendidamente a Jesucristo, Dios Todopoderoso escondido en la Eucaristía. 

ADORO TE DEVOTE, LATENS DEITAS 

Padre Pedro Herrasti, S.M.,
para el sitio de la Sociedad EVC, 3/7/2012

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